martes, 25 de julio de 2017

ANÁLISIS DE: HISTORIA UNIVERSAL DE LA INFAMIA DE JORGE LUIS BORGES

Elegí el compilado de cuentos Historia Universal de la Infamia de Jorge Luis Borges por distintas razones, por un lado la morbosidad que provoca el título en sí mismo, por otro mi interés hacia la cultura argentina y a Borges como escritor, ya que anteriormente tuve la oportunidad de leer algunos de sus relatos, que a diferencia de un cuento o una novela corta, este es una breve narración que habla solo de un tema con fuerte inclinación por la ficción y porque desde la primer frase atrapa al lector hasta llegar a la última. Estos relatos tienen carácter de literario debido al extrañamiento en el uso del lenguaje, que da una nueva perspectiva de la visión de la realidad al representar  elementos en contextos diversos a manera de exageración o como situaciones imprevistas, tanto en los hechos como en frases y palabras.
            
La obra se divide en “Historia universal de la infamia” con siete relatos, y no como un relato dentro de otro relato, para eso está la novela. “El hombre de la esquina rosada y “Etcétera” con otros seis relatos más. Sus prólogos, tanto de la primera edición de 1935 como la edición de 1954 son descriptivos e informativos, asegurando que no pretenden ser psicológicos; son más bien provenientes del barroco y ejemplo de ello son sus títulos sumamente adornados. El relato de “Hombre de la Esquina Rosada” es mencionado en ambos prólogos lo cual le da protagonismo y se debería de poner especial atención en él. Borges, al final de su libro, cita todas las fuentes de donde ha extraído estas historias y son confiables, así que no puede decirse que respondan a sus ya consabidos juegos apócrifos, donde inventa autores y obras. Entre estas tenemos a La vida en el Mississippi, de Mark Twain, a la Enciclopedia Británica y a la Historia de la piratería, de Phillip Gosse.

En el presente trabajo pretendo analizar la obra de Borges de manera general, deteniéndome en un relato de cada sección que fue de mi gusto personal, ya que me parece pertinente explorar la esencia de cada uno; se hará énfasis en el juego moral del concepto de justicia, que se ve reflejado en sus personajes y sus circunstancias a lo largo de toda la obra.

Todos los relatos comparten además de ese estilo “barroco” que él mismo Borges clasifica en tono casi burlesco en el prólogo de la edición de 1954 como “el estilo que deliberadamente agota (o quiere agotar) sus posibilidades y que linda con su propia caricatura” (Borges, p.9), sino que, sin duda, hay en todas las historias personajes semejantes y una actitud hacia lo narrado en la que tal vez sin ser infame sí resulta casi maliciosa, además menciona algunos procedimientos en la construcción de sus relatos dentro del mismo prólogo como las enumeraciones dispares, la reducción de la vida de un hombre a dos o tres escenas, la brusca solución de continuidad, , ausencia de un perfil psicológico en los personajes. Además de que es muy obvio el empleo de una dimensión irónica.

Las narraciones incluidas en Historia universal de la infamia además de poseer unidad de estructura narrativa pretenden ser la interpretación de otros textos que parecieran ser de por sí fantásticos, se caracteriza por la simultaneidad, por el hecho de que nada es algo definido nunca, nada obtiene lo que merece nunca; llegando a la ambigüedad; tales relaciones se entienden mejor si pensamos que Borges construye narraciones simbólicas entre el juego de lo real y lo irreal, con uso de fechas y nombres, y no pueden ser denominadas como históricas.  Ya mencionaba Daniel Zavala  que el rompimiento temporal de lo cotidiano y lo extraordinario, y el hecho de tomar sucesos reales y literaturizarlos, da la impresión de que se está ante un relato, no ante una noticia.  Los relatos están fragmentados y cada uno de los fragmentos tiene un subtítulo, esto dificulta su comprensión.

Otro aspecto que resalta es el hecho de que Borges se centra en el concepto de los héroes pero en los héroes malvados, lo que rehúye su voluntad didáctica y moralista, y en la que insiste Gil Guerrero (2008) en su libro de Poética narrativa de Jorge Luis Borges:

En el título mismo la palabra “infamia” ya participa de este propósito. Borges no se ha propuesto presentar una serie de infames a modo de antiejemplos para el lector sino todo lo contrario. Estos infames son presentados por los narradores respectivos como héroes, eso sí, como héroes de la infamia” (p.98). 

Historia universal de la infamia - La viuda Ching, pirata 
En este relato aparecen los nombres reales de mujeres piratas como Mary Read, Anne Bonney y la viuda Ching. El relato tiene una extensión media dividida en siete subtítulos, en cuanto a sus recursos narrativos hace uso de la enumeración, “Seis escuadrillas integraban la armada, bajo banderas de diverso color: la roja, la amarilla, la verde, la negra, la morada y la de la serpiente, que era de la nave capitana. Los jefes se llamaban Pájaro y Piedra, Castigo de Agua de la Mañana, Joya de la Tripulación, Ola con Muchos Peces y Sol Alto”. (p. 19) descriptivo en los hechos y circunstancias como es el siguiente final del apartado “El comando”: “La tripulación viajaba con sus mujeres, pero el capitán con su harem, que era de cinco o seis, y que solían renovar las victorias”. (p. 19), y metafórico en cuanto a los diálogos como podemos observar aquí: “Era el atardecer: el cielo estaba lleno de dragones, esta vez amarillos. La  Viuda murmuraba una frase: "La zorra busca el ala del dragón", dijo al subir a bordo” (p. 21).
                
Durante todo el relato se hace uso de la ironía con toques de humor estilo inglés, el uso del tiempo y espacio es muy evidente en cada apartado, y tiene un final cerrado. El contraste entre las piratas Mary Read y Anne Bonney, quienes mueren en la horca, una muerte acorde con la vida delictiva que llevaban con la viuda Ching, quien elude esta muerte recurriendo a la interpretación de una fábula en la que se identifica con uno de los personajes “la zorra”, permitiéndole obtener su perdón y vivir hasta la vejez, no ya como la viuda, sino con un nombre que significa “brillo de la verdadera instrucción”. El coraje llevó a las otras piratas a la horca, en cambio la erudición le permitió a la viuda alcanzar el perdón de sus enemigos; mientras sus compañeros de saqueo también se entregaron y cambiaron las espadas por palas y arados, y en el mar reino la tranquilidad. El relato tiene una extensión media sin divisiones como en los anteriores.

Hombre de la esquina rosada 
La historia gira alrededor de Rosendo Juárez el “pegador” y Francisco Real, que una noche de Tango se retaron a una pelea, que inesperadamente termina en asesinato sin conocer quién es el culpable. El relato tiene una extensión media sin divisiones, la vida entera de los personajes se reduce a tres o cuatro escenas, lo cual deja al descubierto una continuidad casi ininterrumpida, y a diferencia de los que anteceden es una ficción que no es basada en escrito alguno; con respecto a los recursos narrativos hace uso de la enumeración y descripción como puede apreciarse aquí: “Para nosotros no era todavía Francisco Real, pero sí un tipo alto, fornido, trajeado enteramente de negro, y una chalina de un color como bayo, echada sobre el hombro. La cara recuerdo que era aindiada, esquinada” (p.35).  

El uso del artificio se ve cuando el narrador le describe a un Borges oyente, una historia de la cual él es testigo, cómplice y autor. Todo esto es plasmado en un lenguaje propio del narrador el cual es compuesto por palabras arrabaleras, ordinarias, toscas y rústicas propias de la región como es el lunfardo, jerga de los barrios de buenos aires que le dan la expresividad al relato: “¿Basura? La milonga déle loquiar, y déle bochinchar en las casas, y traía olor a madreselvas el viento. Linda al ñudo la noche” (p.36). A su vez el uso de palabras como “naides” y  la exclusión de la letra d en la mayoría de las palabras como es el caso de “vonluntá” entre otras. Tiene un final abierto que sugiere para una segunda parte.

Un teólogo en la muerte 
El relato habla de teólogo Melanchton, que al morir no se da cuenta de ello hasta que los objetos y su casa misma muestran un extrañamiento, el relato es de una extensión más corta a los antes mencionados, en cuanto a los recursos narrativos hace mucho uso de la descripción por encima de los hechos ya que explica como de a poco va desapareciendo la casa del teólogo: “Además, las paredes del aposento se mancharon de cal y el piso de un barniz amarillo. Su misma ropa ya era mucho más ordinaria” (p.36). La enumeración de objetos también es evidente: “Los objetos domésticos eran iguales: la mesa, el escritorio con sus cajones, la biblioteca”. “A las pocas semanas, los muebles empezaron a afantasmarse hasta ser invisibles, salvo el sillón, la mesa, las hojas de papel y el tintero” (p.40). El juego entre la vida y la muerte se reflejado simbólicamente en los cambios que sufren los objetos y su casa, además de seguir una narración lineal y progresiva, dentro de los objetos representados esta su casa y sus muebles, en cuanto a su estructura hay uniformidad, la historia cae en el punto de la ironía cuando el protagonista trata de aparentar ser lo que no es aun hasta en su muerte, donde se da un final cerrado y la historia se resuelve.

Conclusiones
Los relatos tanto “Hombre de la esquina rosada” como los ocho cuentos de “Etcétera” hacen honor a su nombre dentro del conjunto, pues rompen con la estructura de la Historia universal de la infamia planteada en los primeros siete relatos y han sido posiblemente añadidos para imprimir mayor densidad cuantitativa al libro.

Teniendo en cuenta el entorno que los enmarca, los relatos de Historia Universal de la infamia cobran una dimensión más amplia y pasan a formar parte de un texto mayor rico en ramificaciones significativas, donde los textos dialogan entre sí y con el lector, compartiendo concordancias y subrayando diferencias, por lo tanto lo recomiendo ampliamente si se quiere hacer un tipo de lectura con una demanda de atención y comprensión mucho mayor.

Denisse Juárez

Fuentes:
Jorge Luis Borges. (2002). Historia universal de la infamia.  Madrid, Alianza. (P. 9)

Zavala, Daniel. (2006). “El fabulador de historias de infamia”. En Olea Franco, Rafael (Ed.), Fervor crítico por Borges., (Pp. 137-160). México: Colmex.



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